1.- Muéstrate entusiasta
“¿Quedamos
mañana para cenar?” Ante tal pregunta planteada por el miembro femenino
de la relación, el hombre tiene dos caminos: expresar sus pocas ganas
de hacerlo o contestar con euforia, manifestando que no hay nada que
desee más en el mundo. No se trata de mentir ni fingir, claro está, sino
de hacer a nuestra compañera partícipe de nuestros sentimientos
positivos, proporcionando la debida retroalimentación a sus propuestas.
Si no somos capaces de hacer entender a nuestra pareja que lo pasamos
bien con ella, por mucho que así lo sintamos en nuestro fuero interno,
tendremos un problema.
2.- Proporciónale el espacio necesario
Todos
necesitamos disponer cada día de un tiempo y un lugar para nosotros
mismos. Ello no implica que nuestra pareja nos quiera menos o no quiera
estar con nosotros, pero muchos hombres no comprenden que este espacio es necesario para el bienestar de la pareja.
Además, debemos saber cómo aprovechar ese tiempo que no estamos
compartiendo con nuestra mujer, ya que una persona independiente que es
capaz de no aburrirse sin compañía es mucho más deseable que esa que
necesita estar con nosotros las veinticuatro horas del día los siete
días de la semana. Una pesada carga, vaya.
3. Recordar que no son hombres
Utilizar
como criterio para descubrir lo que le gusta a nuestra pareja nuestro
propio gusto como varones es poco recomendable, ya que el sexo femenino
tiene sus propias necesidades y deseos que difieren bastante de lo que
los hombres quieren. Por ello no es recomendable planear actividades en
función de nuestros intereses y preferencias, por mucho que nuestro
egocentrismo nos lleve en gran cantidad de ocasiones a pensar que lo
que nos atrae a nosotros tiene que atraer a todo el mundo, y viceversa:
que lo que no nos interesa no puede interesar a nadie. Por eso, si
nuestra pareja se preocupa por salir de compras, dedicar tiempo a
vestirse y maquillarse, salir a cenar con sus amigas o comer
determinados platos, no lo hace por fastidiarnos, sino porque realmente
le gusta. No lo olvidemos.